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Por Amado Vázquez Martínez

La fertilización agrícola en México vive una transformación silenciosa pero decisiva: el uso de insumos hidrosolubles, biofertilizantes y tecnologías de precisión está revolucionando los cultivos de alto valor como el tomate, el aguacate, las berries, pero la eficiencia en su uso, los desafíos regulatorios y las dependencias de importaciones aún son un obstáculo.

Al respecto Alfredo Flores, presidente de la Asociación Nacional de Comercializadores y Productores de Fertilizantes (Anacofer), explica: “Hoy, el campo mexicano no puede crecer sin fertilización inteligente” pues de la aplicación de más tecnología depende que México sea más competitivo en la producción agrícola.

La Anacofer agrupa el 70% del mercado nacional de Fertilizantes con firmas como Yara, Pacific, ICL Specialty Fertilizers y otras veinte empresas “Representamos la espina dorsal de la nutrición vegetal en México” asegura al citar que el gremio promueve un uso racional de fertilizantes, asesorías técnicas, capacitación y participación en foros.

De acuerdo con Anacofer, México consume entre 5.5 y 5.6 millones de toneladas de fertilizantes anuales, de las cuales más del 60% son importada; mientras que la producción nacional no rebasa los dos millones de toneladas y la demanda sigue creciendo.

“El productor aún aplica fertilizantes a ciegas” señala Flores, quien estima que entre el 50% y el 60% del insumo se desperdicia por mala aplicación o falta de análisis de suelo y tiene como consecuencia pérdidas económicas y daño ambiental.

El auge de la agricultura protegida ha multiplicado la demanda de fertilizantes especializados y Alfredo Flores añade que “el nitrato de calcio representa el 40% del volumen total de la fertilización hidrosoluble” fundamental para las hortalizas tecnificadas.

Además fertilizantes como el nitrato de potasio, SOP, MKP y mezclas NPK se han vuelto parte del paquete nutricional en invernaderos y malla sombra, donde México ya supera las 5.3 mil hectáreas.

Panorama-del-sector-de-fertilizantes-en-mexico

El incremento en la producción del tomate, pepino, chile, aguacate y berries ha empujado al sector de los fertilizantes hacia una especialización acelerada y destaca que la agricultura protegida representa el motor más fuerte de transformación del campo Mexicano. Con mayor tecnificación en regiones como Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Sinaloa.

El presidente de Anacofer destaca de manera importante el uso de riego tecnificado, análisis foliar y monitoreo satelital que ha permitido pasar de volumen a precisión, sobre todo en los cultivos de alto valor para exportación, especialmente los ya mencionados.

La demanda de insumos biológicos sigue en ascenso y aunque no hay cifras oficiales, algunas empresas calculan un incremento del 10% en el uso de estos bioinsumos “el uso de bioestimulantes y biofertilizantes crece año con año, sobre todo en cultivos de exportación”.

Los productos como biofungicidas y biopesticidas también han ganado terreno “no sustituyen los fertilizantes químicos, pero los complementan de forma más sostenible y eficiente”, aclara el dirigente de Anacofer.

En cuanto a la distribución geográfica del uso de estos productos, el norte y el centro occidente del país lideran la adopción de fertilizantes hidrosolubles y biológicos pues en estados como Sinaloa, Sonora, Jalisco y Guanajuato hay una mayor tecnificación agrícola.

Esto favorece la adopción de insumos avanzados “En estas regiones, el agricultor ha entendido que fertilizar bien esta rentabilidad” indica, para añadir que los bioinsumos se aplican más en berries, aguacate, tomate y pimiento.

Pese a todo este avance, el principal freno no es solo técnico ni legislativo. “El rezago en el registro de productos ante Cofepris ha llegado a ser cuatro años”, denuncia Flores al hablar de la lentitud para registrar nuevas fórmulas nutricionales agrícolas.

Aunque se ha reducido, el trámite aún puede tardar entre uno y dos años, aunado a que en 2022 legisladores federales pretendían prohibir sin estudio previo 200 sustancias, lo que encendió las alertas del sector. “Necesitamos una regulación clara, no ideológica”, pide el representante de los fabricantes de productos agroquímicos y biofertilizantes.

“El agricultor debe entender que el futuro no está en aplicar más, sino en aplicar mejor” concluye Flores y lanza un llamado: “tecnifiquen su fertilización, capacítense, analicen su suelo, pidan acompañamiento técnico, porque solo así podremos crecer con sustentabilidad y alimentar al país con calidad” concluye.

Fuente: www.tierrafertil.com.mx

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